7. Su mejor vida... después

En este punto, probablemente haya comprendido que tiene usted una clara elección que hacer: dejar que la vida siga, que es equivalente a servirle a Dios a través de obras o correr activamente hacia Cristo.
El mejor lugar que conozco donde mirar es las Escrituras; en ella obtenemos sabiduría y estudiamos los ejemplos de quienes siguieron a Dios con todo su corazón. El mejor probablemente sea Hebreos 11, un capítulo con frecuencia denominado "el salón de la fe".  Aquellas personas estaban lejos de ser perfectas y, sin embargo, tuvieron fe en un Dios que podía ayudarles en situaciones aparentemente malísimas. Tener fe, con frecuencia significa hacer lo que los demás consideran una locura. Algo va mal cuando nuestras vidas tienen sentido para los incrédulos.
A los cristianos en la actualidad les gusta jugar a lo seguro. Queremos ponernos a nosotros mismos en situaciones en las que estamos seguros "aunque no haya Dios". Pero si verdaderamente deseamos agradar a Dios, no podemos vivir de este modo. Tenemos que hacer cosas que nos cuesten durante nuestra vida en la tierra pero que habrán merecido la pena en la eternidad.
Dios no sólo dio un poco por nosotros; Él dio lo mejor. Se dio asimismo. Dios quiere que confiemos en Él con abandono. Él quiere mostrarnos cómo obra y se ocupa de nosotros. Él quiere ser nuestro refugio. Él nos llama a confiar en Él de manera tan completa que no tengamos miedo a ponernos a nosotros mismos en situaciones en las que tendremos problemas si Él no interviene.

6. Cuando se está enamorado

Cuando uno está verdaderamente enamorado, hace muchas cosas para estar con la persona amada. Conducirá durante horas para estar juntos, aunque sólo sea por un rato. No le importa quedarse hasta muy tarde en la noche para hablar. Caminar bajo la lluvia es romántico, y no molesto. De buena gana se gastará una fortuna en la persona que le vuelve loco. Cuando los dos están separados, es doloroso, hasta desgraciado. Él o ella es lo único en que usted piensa; aprovecha cualquier oportunidad de estar juntos.

NO LO INTENTE TANTO

Una vida tibia y simultáneamente invocar el nombre de Cristo es profundamente indignante para Dios. Y cuando somos sincero, tenemos que admitir que tampoco para nosotros resulta muy satisfactorio o gozoso. pero la solución no es intentarlo más, fracasar, y luego hacer mayores promesas, sólo para volver a fracasar. No hace ningún bien reunir más amor por Dios, obligarse a uno miso a marlo más. Cuando amar a Dios se convierte en una obligación, una de las muchas cosas que hacer, terminamos enfocándonos aún más en nosotros mismos.

¡AYUDA! NO TE AMO

Dios quiere cambiarnos; Él murió para que pudiéramos cambiar. La respuesta está en permitirle a Él que nos cambie. Jesucristo no murió solamente para salvarnos del infierno. Él también murió para salvarnos del infierno. Él también murió para salvarnos de nuestra esclavitud al pecado. El hecho es que necesito que Dios me ayude a  amar a Dios. Y si necesito su ayuda para amarle a Él , un ser perfecto, sin duda alguna necesito también su ayuda para amar a los demás, seres humanos llenos de faltas. Algo misterioso, hasta sobrenatural, debe suceder a fin de que crezca en nuestros corazones un amor genuinos por Dios. El Espíritu Santo tiene que moverse en nuestras vidas.
Cuando está corriendo hacia Cristo, es liberado para servir, amar y dar gracias sin culpabilidad, preocupación o temor. A medida que comenzamos a enfocarnos más en Cristo, amarlo a Él y a los demás se hace más natural. Mientras estamos buscándolo a Él, estaremos satisfechos en Él.

ALGUIEN CON QUIEN PUEDO SER AUTÉNTICO

Si usted meramente finge que disfruta de Dios o que le ama, Él lo sabe. No puede usted engañarle; ni siquiera lo intente. Por el contrario, dígale como se siente. Dígale que quiere experimentar satisfacción verdadera, y placer, y gozo en su relación con Él. Dígale que quiere atesorar tanto el reino de los cielos que estaría dispuesto a venderlo todo para obtenerlo.




Entradas populares