TODOS HALLAMOS REFUGIO

 

"Dios mío, ¡tu amor es incomparable!
Bajo tu sombra protectora todos hallamos refugio."
Salmos 36:7 TLAI 

Podemos decir: ¡Qué bendecidos somos! Cuando somos de aquellos que han experimentado la misericordia de Dios a lo largo de nuestra vida, cuando hemos palpado Su fidelidad en nuestro caminar hasta hoy en día, cuando hemos recibido la justicia de Dios, a traves de Cristo inmerecidamente y cuando disfrutamos de Su generosidad envuelta en este amor abundante que le caracteriza. Así, podemos continuar con la lista de bondades que hemos recibido de Dios y que no dejan de llover sobre nustras vidas, todo lo vivido y experimentado, es gracias a Él.

En este versículo David, apenas y pudo expresar el grandioso amor de Dios, dejando a nuestros corazones e imaginación -y a nuestra experiencia- completar la idea del amor incomparable de Dios, porque no pudo decir con palabras ni la mitad de ello. Vivir bajo la cubierta de Él, es más que dulce, es fuerza del omnipotente cubriendo a sus hijos, y todo aquel que se refugie en su presencia hallará proteción, cuidado y respaldo. Que más puede pedir el hijo (a) del Altísimo, vivir bajo Su sombra, haciendo morada con nosotros, intimando amorosamente con sus adoptados, cuidando cada paso que dan, vigilando cada desafío que enfrenta, protegiendo en adverssas circunstancias y/o de malas decisiones. Es ahí donde se halla el que conoce a Cristo y no hallará mejor lugar.

Es lo que yo puedo expresarles del transcurso de mi andar en Cristo hasta este momento, les he testificado como mi adolescencia se vio interrumpida amorosamente por Dios. Sin embargo, como muchos sabrán, conocer a Cristo es el inicio de nuevos y fructífiros aprendizajes, por ello les hablaré de cómo vi Su mano en mi juventud, y yo creo que no pocos, recordarán la gran fidelidad de Dios, de igual forma, en sus vidas.

Al nacer de nuevo, pude vivenciar el primer amor, leer la Biblia vorazmente, ayudar en el servicio a la iglesia, participar en las veladas de oración, integrarme a un grupo de jóvenes, discipularme, etc. se convirtieron en un deleite al saberme amada, guiada y respaldada por alguien mucho más grande de lo que pudiera imaginar. La confianza y fe enorme que  te atestigua que Él está en control no sólo de tu vida, sino de todo lo que te rodea.  Así me hallé, sirviendo a Cristo, en donde hubiese necesidad, primero en acetatos -espero lo recuerden- colocando las alabanzas que se entonaban, más tarde de ujier, de maestra de niños, en jóvenes, en viajes misioneros...Pero el servicio sólo era una antesala, lo bello y profundo es la relación de amor que encuentras en Dios, no estás solo, estas protegido, apachado y confortado en todo tiempo.  
Sirviendo conocí a mi esposo, él se integró como hermano y amigo a la iglesia y más tarde al grupo de jóvenes; siendo amigos participamos en mucho en la obra de Cristo; esta cercanía y afinidad permitió una relación más estrecha, luego un compromiso y más tarde una bella boda. Hoy contamos con 24 años de casados, sin temor a dudas, podemos decir hasta aquí nos ha ayudado Cristo, en desiciones, enfermedades, discrepancias, escasez, prosperidad, equivocaciones, injusticias, bondades, y aún lo que Dios en su gracia permita para crecer a la imagen del varón perfecto: Jesucrsito.
Es verdad, en todo matrimonio debe existir un tercer cordón, que enlace, que una , que esté enmedio, que ame a las dos partes y que guíe sabiamente, Sólo puede estar Cristo, Él es más que el mejor consejo, es la persona divina entremetida, haciéndonos uno, manteniéndonos uno, acompañándonos, sustentándonos, hallándonos en Él, como dije al principio, en su refugio y cuidado. Bajo su sombra nos encontramos, bajo su control, bajo su soberanía, bajo su amor, no hay mejor lugar, o más bien, mejor persona, donde todos podrán hallar refugio. Ahí, en Él, podemos estar y glorificarle, sin importar los años ni el tiempo.

 

 @liliahercruz

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas populares