DIOS LLAMA LAS COSAS QUE NO SON, COMO SI FUESEN

  

Es de gran aliento leer en la Biblia que somos justos, lavados, jusificados, santos, puros, glorificados y más por Su obra en la Cruz. Él habla de estas cosas de mí -y de tí-, incluso antes que sucedieran porque Él sabe que serán. Y lo sabe porque Él es Dios y Él es eterno.

"(como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen."

Romanos 4:17

Nosotros vivimos en un marco temporal o en un margen de tiempo, somos finitos y mortales; pero Dios no. Dios por ser eterno puede y habla de la cosas que aún no existen porque Él las ve como si ya existieran. Son algunas de las cosas que no alcazamos a comprender, que Él vive en la eternidad y otra, que tiene poder para dar vida a los muertos, la resurrección. Nuestra falta de comprensión de estos temas no afecta a Su persona, Él continua y habla de las cosas que existirán en el marco humano y temporal aún cuando no existen. Él no está atado al tiempo. Él tiene todo el panorama, nosotros sólo una parte. Por tanto, sabemos sólo en parte.

Dios que tiene tal poder para saber y ver las cosas que serán, siempre nos ve -aunque no seamos- como si fueramos una obra concluída, perfecta, a la imagen de su Hijo Jesucristo; primeramente porque la obra en la Cruz pagó nuestra maldad y pecado y segundo porque tiene poder para ver la obra concluida en cada uno de sus hijos en el futuro. Saber esto, consuela grandemente, mucho más cuando batallamos con cosas temporales, da esperanza leer en la Biblia que puedo descansar en un Dios que tiene el panorama completo y que está en control de todo lo que sucede a mi alrededor y en mí, como en ti.

Les escribo en esta sección un tercer testimonio que va exactamente ligado a cuestiones de mi marco temporal y las cosas que Dios hace, pero que yo no comprendo y que son a la larga una gran enseñanza:

Siendo un bebé mi hijo, el más chico de los dos que tengo, lidiaba mucho con su salud, su sistema respiratorio no se había desrrollado completamente, pues al ser ochomesino le faltó tiempo para madurar sus vías respiratorias, así que su bronquios eran muy  débiles, cualquier gripa o enfriamiento era tema de hospitalización. Así fueron meses, y continuamente asistiendo al doctor, pues las temperaturas no bajaban debidoa las fuertes infecciones; hasta que un día, por más paños húmedos y  baños con agua fría que le dábamos, mi pequeño desfalleció en mis brazos, entre plegarias a gritos con oraciones desesperadas ví a mi bebé morado y sin aliento. Esos minutos se dilataron, sentí pánico, y entre orando y clamando. le dí respiración de boca a boca. Mi esposo, como yo, clamando a Dios nos llevó al hospital-junto con su hermano-, en ese transcuso de distancia y tiempo, mi pequeño volvió a la vida. Ahora pálido y débil lo internaron, nosotros agradecidos con Dios por la oración contestada y un milagro más a la cuenta de nuestro Señor Jesús, para que Él sea glorificado.

Tiempo después, este bebé enfermizo, se convirtió en un torbellino de energía, ahora había mucha vida, mucho por aprender y mucho por hacer. En el kindergarden no podía estar quieto, constantes llamadas de atención, poco avance y más labor en casa. No entendía que pasaba, pláticas y pláticas, notas y más notas... las sentencias de: "su hijo no tiene solución" y "atiéndalo porque tiene TDAH" comenzaban a robarme el gozo, la frustración y enojo con lo que sucedía era latente; así como el poco avance de mi hijo en la escuela hasta el cuarto año de primaria, hacía estragos en mi corazón y en mi mente. Tal vez, tenían razón, los cuadernos en blanco, sin ningún ejercicio hecho, sentado hasta el frente, separado de todos sus compañeros, etiquetado como "sin solución" eran desesperanzadas evidencias de que mi hijo necesitaba ayuda.

La oración y el creerle a mi Dios, de que Él llama las cosas que no son como si fuesen, fue lo que me levantó, fue el poner mi confianza en su sabia dirección, recordar que Su palabra es la que transforma nuestras mentes y corazones, es mirarlo a Él, no en mis fuerzas, no en mis temores, no en las otras personas, sino sólo en Él. Así fue como Dios proveyó una escuela con un sistema totalmente diferente, basado en los principios de la Palabra de Dios, llevando a los niños a Cristo a través del aprendizaje. Y así, sin darme cuenta, sin yo haber hecho más que llevar mis cargas y temores a Cristo, mi hijo fue transformado, pudo este pequeño dar su corazón a Cristo y ser no sólo conductualmente cambiado sino hecho un nuevo hombrecito, redimido y santificado por la obra de Jesucristo. 

Hoy es un joven, y seguramente cuando yo estaba en mi momento más triste, ya sea por su mortal ausencia en minutos en mis brazos, o ya sea por su mala conducta  y diagnóstico de Hiperactividad con Déficit de Atención, Dios sabiéndolo todo, teniendo el control del tiempo, viendo más adelante que yo, que da vida a los muertos, que tiene el poder de llamar las cosas que aún no existen y hacerlas reales... me contestó, tuvo misericordia y me ayudó. No te desanimes si tú vives algo similar, recuerda esta verdad: Él llama las cosas que no son, como si fuesen; tiene tal poder de llamar las cosas antes de que existan, debido a que Él sabe que existirán. Sabe, entiende, nos ama y ayuda en el proceso, esto es de gran aliento, descansemos en Él.


@liliahercruz

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