ACEPTOS EN EL AMADO

En un mundo lleno de incertidumbre, se necesita certeza. Y sólo Dios puede darla. Una de estas certezas es que somos "aceptos en el Amado":

"para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado," 

Efesios 1:6

Es por la gracia de Dios que Él me acepta en el Amado. No es algo que me haya merecido o ganado. Nunca podría ser aceptada por mí misma, es sólo por mi posición en Cristo. Significa que soy parte de la familia de Dios, o bien, soy adoptada y por Él, que Dios me ha colocado con los privilegios de un hijo (a) de Dios en Su familia. Esto lo ha hecho para que yo le exalte y alabe por la gloria de su gracia.

Al ser adoptada en Su familia, hay una historia de como fui rescada y escogida por este gran Dios (así como seguramente tú la tienes); así que, la escribo a continuación, de manera breve, y que de igual manera, te invito me compartas "tu adopción" en el Señor o como Cristo se reveló a tu vida para dar gloria a Quien hoy es nuestro Padre celestial.

Yo era una de esas personas que buscan propósito o dirección en sus vidas, me sentía sola y abandonada. Por ignorancia traté de satisfacer esas necesidades con lo que yo encontrara: amigos o amigas, fiestas, dormir en exceso, etc. Mi madre por trabajar dos turnos no podía darme la atención que requería, mis hermanos -que eran menores que yo- estaban en su propio ritmo; así que me distraje, no terminé aquellos planes que soñaba, tampocó llené mi vacío y vivía en un caos personal.

Pero aún así, siendo yo una adolescente, confié en Jesucristo para salvación cuando una tía invitó a toda la familia a la iglesia a la que ella asistía. Al estar ahí, cada cosa que comentaban hacía que mi corazón solamente deseara tener "aquello" de lo que hablaban: el amor, la seguridad y la paz que Cristo da. Así que, cuando invitaron a tomar la decisión de depositar mi confianza en Dios, yo entregué mi vida a Él. recuerdo que lloré mucho, no sabía porqué, pero me explicaron que Jesucristo había conmovido mi corazón, que yo había nacido de nuevo y que mi espíritu y todo mi ser lo sabían.

Cristo llenó mi vida, a partir de ese día, me dió propósito, el conocerlo abrió mis ojos, supe que no estaba sola, que Él me perdonaba y que sobre todo era muy amada. Después de todo este tiempo, he podido cada día comprobar su perdón, su salvación y sé con seguridad que Cristo me tiene un lugar preparado en el cielo, pues en él tengo vida abundante y vida eterna.


@liliahercruz


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