Según el historiador Thomas Cahill, Abraham partíó "son dos de las palabras más audaces de la literatura". Cahill asegura que los antiguos egipcios le habrían aconsejado que imitara a sus antepasados e hiciera lo que ellos habían hecho. En la India le habrían dicho que el tiempo es negro, irracional e inmisericorde. En China los sabios le habrían advertido que viajar no tiene sentido, ni ninguna clase de afán terrenal; lo mejor es abolir el tiempo escapando...al cambio. En todo continente, en toda sociedad, a Abraham le habrían dado el mismo consejo... no viajes, quédate donde estás. Abraham no hizo caso, partió y la historia cambió para siempre.
PALABRAS CLAVES
Fábula: breve narración ficticia, suele ser divertida y encerrar una moraleja.
Historia: Se deriva de la palabra latina historia, a su vez emparentada con la griego eidenai, que significa "conocer". Es un registro cronológico de acontecimientos importantes, que a menudo incluye una explicación de sus causas.
Lineal: Significa semejanza o relación con una línea recta. La idea bíblica de la historia es como una secuencia lineal porque un principio, una parte central y un final.
Alfa y Omega: Alfa es la primera letra del alfabeto griego; Omega es la última.
INTUICIONES BÍBLICAS
La noción bíblica de la historia engendra esperanza y proporciona una base para el progreso; La vida no tiene por qué seguir siendo igual. Puede cambiar en el futuro; puede aún mejorar. La historia tiene pleno sentido porque Dios es su autor. El sabe lo que sucede en el presente, y está íntimamente comprometido a guiar y moldear el futuro con arreglo a su plan y sus propósitos. La cosmovisión bíblica mantiene en equilibrio dos posturas aparentemente contradictorias. Por una parte la Biblia deja claro que Dios es el autor soberano de la historia y que él la despliega con arreglo a su plan y propósito eterno. La Biblia deja también claro que las elecciones de los seres humanos contribuyen a conformar la historia y que >Dios juzgará a todas las personas teniendo en cuenta las decisiones que hayan hecho. (Véase Mateo 25:31-46)
Como consecuencia de la caída, la muerte entra en la historia -con el hambre, la pobreza, y toda clase de mal-. Tales cosas no fueron parte de la intención original de Dios para su creación -no eran normales- Son más bien, productos de la rebelión del hombre contra el Dios viviente. La buena nueva es que Dios no decidió abandonar a su creación arruinada sino para redimirla y restaurarla a su gloria primigenia.
ACERCA DE LOS AUTORES: Darrow L. Miller, Bob Moffitt y Scott D. Allen
Leer capítulo 7. Los abecés de la cultura
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