4. UNA PERSPECTIVA BÍBLICA DE LA HUMANIDAD


Toda vida humana, desde el instante de la concepción hasta el último suspiro, tiene un valor y dignidad inmensos. Dios creó a los seres humanos a su imagen y ama profundamente a cada individuo , sea hombre o mujer, rico o pobre, sin tener en cuenta su raza, casta, credo o discapacidad. En todas las sociedades donde esta verdad arraiga, se producen cambios extraordinarios como la abolición de la esclavitud, un mejor trato y estatus para la mujer y el niño, el cuidado prenatal y a los moribundos, el servicio a los pobres, quebrantados y marginados.
No todas las cosmovisiones  sostienen este alto concepto de la vida humana. En esta sesión examinaremos cinco verdades bíblicas y su poder para transformar vidas y naciones. Son las siguientes: 1) Toda la vida humana es sagrada, 2) todas las personas y todos los pueblos tienen igual valor, 3) todas las personas y todos los pueblos son singulares, 4) el trabajo es sagrado, y 5) la humanidad está caída, abatida y es pecadora.
  
PALABRAS CLAVES
Sagrado: Lo sagrado está apartado para servir a Dios o a su obra. está consagrado a él.
Singular: Lo singular no tiene igual ni parecido. Ser único es ser especial, irrepetible.
Depravación: Depravación significa corrupción. Un acto o práctica corrupta es "depravado".  La caída de Adán y Eva condujo a la depravación de toda la humanidad. Cada parte del ser humano se corrompió, se estropeó o se degradó.
INTUICIONES BÍBLICAS
Una de las grandes cuestiones que se plantea la gente en todo el mundo es: "¿quién soy yo?" Una pregunta similar sería: ¿qué significa ser humano?
Dios es espíritu (Juan 4:24) y no habita en cuerpo alguno, de manera que reflejar su imagen no alude a ninguna semejanza física. Antes bien, nos asemejamos a las cualidades y capacidades divinas, no físicas. Dado que compartimos estos atributos con Dios, tenemos la capacidad de relacionarnos íntimamente con él. Puesto que Dios nos creó a su imagen, toda vida humana está dotada de un valor y una dignidad inherentes. Es decir, la vida humana es sagrada.
*Verdad transformadora: toda vida humana es sagrada.
Salmo 139:13-16 Dios nos creó a todos nosotros y nuestras vidas le pertenecen. Él sostiene cada uno de nuestros días en su mano. Él también ama profundamente y aprecia sobremanera a cada persona. Puesto que Dios creó a las personas y las cuida tan profundamente, se deduce que la vida humana es sagrada.
*Verdad transformadora: todas las personas y todos los pueblos  tienen igual valor.
Puesto que todas las personas, prescindiendo de su género o raza, son creadas por Dios y hechas a su imagen, todos tienen delante de él igual valor y dignidad. En el reino de Dios no hay intocables ni prejuicios que hagan acepción de personas. Toda vida humana es igualmente valiosa, y por lo tanto, todos los pueblos tienen idéntico valor.
*Verdad transformadora: todas las personas y todos los pueblos son singulares.
Aunque la cosmovisión bíblica sostiene que todas las personas valen lo mismo, ello no quiere decir que compartan las mismas características personales. Hay diferencias entre culturas y lenguas, diferencias de temperamento, personalidad y dones. Dios nos dio incluso a cada uno una apariencia física singular. Sólo el equilibrio bíblico de la igualdad y la singularidad proporciona un fundamento estable sobre el que se puede edificar comunidades y sociedades humanas.
*Verdad transformadora: el trabajo es sagrado.
Génesis 2:15 Dios siempre ha deseado que trabajemos. El trabajo no es el resultado de un mundo arruinado. Antes bien, es una tarea sagrada. Nuestro Dios es creativo y trabaja. Dado que portamos la imagen de Dios, hemos sido creados para trabajar. Dios nos ha provisto de manos, mentes y lenguaje, con los cuales debemos moldear el mundo. El trabajo es parte de lo que nos otorga dignidad.
*Verdad transformadora: la humanidad está caída, arruinada y en pecado.
Los hombres y mujeres, en su estado natural, no redimido, permanecen en rebelión contra Dios. Sólo la cosmovisión bíblica puede explicar la existencia del mal y al mismo tiempo afirmar que esta no forma parte de la intención de Dios para la creación. Sólo la cosmovisión bíblica proporciona un entendimiento claro de la fuente del mal, así como una razón para combatirlo. El evangelio tiene poder para transformar el corazón humano (2 Corintios 5:17) y a partir de ahí, ofrecer también una esperanza real para la transformación social y cultural.

ACERCA DE LOS AUTORES: Darrow L. Miller, Bob Moffitt y Scott D. Allen
Leer cápítulo 5. La gloria de la creación
Leer artículo completo


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas populares