Creo que con toda seguridad podríamos decir que los antiguos cristianos vivieron de tal manera que hicieron que sus vecinos lo notaran. La forma en que los cristianos reaccionaban ante los problemas cotidianos y las situaciones dolorosas es probable que hayan afectado profundamente a la comunidad secular en que vivían. ¿Cómo pueden vivir los seguidores de Jesús del siglo XXI para que los demás lo noten? Yo creo que debemos comenzar por buscar en la Biblia, que nos brinda todas las herramientas necesarias para enfrentar los desafíos inherentes en la vida cotidiana.
Si tú y yo nos apoyamos en la Palabra de Dios y confiamos en el Señor, él se convertirá en nuestra fortaleza. Repetidas veces la Biblia nos recuerda que no debemos apoyarnos en nuestras propias fuerzas. Nuestra fortaleza está en Dios. Y él nos ha dado su Palabra: la perfecta fuente de consuelo. 2 Corintios 11:24-29. Aunque Pablo experimentó más sufrimiento del que la mayoría de nosotros habremos de sufrir, él no se regodeaba en su dolor. Él usaba sus aflicciones y su adversidad para alentar a los demás, por lo que escribía numerosas cartas llenas de esperanza y de exhortación hacia la iglesia primitiva. No podemos dar lo que no tenemos. Si queremos amar a Dios y a los demás profundamente, si queremos ayudar a las personas en su fe, nosotros debemos haber experimentado el dolor y también debemos de haber aprendido a hallar nuestra fortaleza en Dios.
Si luchas con algo en tu vida y buscas orientación y aliento en la Biblia, creo que te asombrará lo que Dios te muestra. Estos versículos han estado en mi corazón por años y me ayudaron a enfrentar momentos difíciles de mi propia vida. Espero que estos principios también te sirvan de ayuda.
Principio 1: Olvida el pasado y avanza hacia el futuro. Filipenses 3:13-14.
Hay cierto valor en evaluar tus acciones y aprender del pasado, y es también importante que te des tiempo para sanar de las crisis. Sin embargo, no permitas que eso te absorba por completo hasta consumirte. El Nuevo Testamento está lleno de aliento para aquellos a quienes les cuesta dejar atrás el pasado.
Principio 2: Practica el perdón. Lucas 6:37. A veces nuestro sufrimiento más que deberse a circunstancias desafortunadas es resultado directo de los pecados de los demás. Cuando los demás nos producen dolor, es sencillo y permanecer en ese sentimiento de haber sido maltratado y revolcarnos en nuestra amargura. No obstante, a pesar de nuestro sentimiento, la Biblia nos manda a perdonar. El perdón es un fuerte limpiador espiritual. Penetra en aquellas zonas oscuras y sucias de nuestra alma para eliminar las manchas del pecado, las cicatrices que causan los errores, las magulladuras de las transgresiones.
Principio 3: Abandona tus temores. 2 Timoteo 1:7. No importa las circunstancias que debas enfrentar, no tienes porqué tener temor. El Señor es un Dios de amor y él te dará todo lo necesario para enfrentar los desafíos de la vida. Te dará poder cuando te sientas sin fuerzas, amor cuando te sientas desesperado y paz cuando te sientas ansioso.
Principio 4: Busca instrucciones en la Palabra de Dios. Santiago 3:17. Si la elección de tu carrera o tu futuro cónyuge, etc. cumple con (versículo) lo mencionado, puedes descansar en que Dios te está dirigiendo en ese sentido. La Biblia es la mejor herramienta para detectar si estamos en el camino correcto. Dedica un tiempo a leer la Biblia. Medita en los versículos que parecen saltar de la página. Te sorprenderá lo que Dios tiene para mostrarte.
Principio 5: Por encima de todo el amor.Mateo 22:37-39. Por lo general, en la vida andamos a la defensiva. Erigimos murallas (emocionales y físicas) para protegernos. Tenemos la tendencia de vivir como si los demás estuvieran agazapados para atraparnos y hacemos todo lo posible para evitar salir dañados. Un principio para mantener las cosas en perspectiva: El amor es el mejor ecualizador para cada situación que podamos confrontar. No importan las circunstancias, ya sea que nos hayan hecho daño o que sencillamente los desafíos de la vida nos tengan andando a tumbos, somos llamados a amar a Dios y a los demás.
No hay dudas, todos vivimos en un mundo de dolor, un mundo en el que debemos lidiar con problemas y tragedias. La vida des difícil para todos, en el planeta Tierra, cristianos y no cristianos. No obstante, si eres cristiano, la diferencia radica en la manera en que enfrentas esas crisis.
ACERCA DEL AUTOR: Mike Macintosh
Leer artículo completo: Enamorándome de la Biblia
Leer Capítulo IX. Mejor cada momento
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